
27 de abril de 2025 |
Fe que espera; compromiso que anticipa
Eso debe ser la comunidad cristiana. Realización anticipada de la esperanza que nace de la resurrección de Jesús, presencia del Padre que se manifiesta en el amor de los hermanos; firmeza en el compromiso de lucha en favor de un mundo configurado de acuerdo con la esperanza que la comunidad, viviéndola, anuncia: un mundo de personas libres, todas de linaje real, todas —cada una con sus peculiaridades, su color, su edad, su cultura, su lenguaje... o sus inclinaciones personales—, pero unidas por un lazo de hermandad que busca universalizarse. De este modo la comunidad será, a un tiempo, invitación, cauce y garantía de fe y, por eso, anticipo de una esperanza definitiva.

4 de mayo de 2025 |
¿A quién seguimos?
Los cristianos, ¿a quién seguimos? ¿Cuál es nuestro modelo? ¿Quién es nuestro líder? ¿No parece que, a veces, el punto de referencia que menos importancia tiene para nosotros, de hecho, es Jesús? Si queremos que nuestro seguimiento sea respuesta auténtica a la llamada de Jesús, hay dos cosas que tenemos que tener muy claro: que e la cabeza es Jesús, sólo Jesús; y que la comunidad es el ámbito en el que Jesús se hace presente.
Y una cosa más: que esta presencia no es una cuestión jurídica, sino vital.

11 de mayo de 2025 |
Lo que de verdad le importa
Lo que más importa al Padre es lo que Él ha puesto en las manos de Jesús, su rebaño, su comunidad, sus seguidores, la nueva humanidad que nace de su actividad liberadora. Lo único que importa para entrar a formar parte de esa comunidad no es la raza, la religión o la nación, ni siquiera es necesario contar con la ayuda de mediadores especializados; basta con reconocer la presencia de Dios en la actividad liberadora de Jesús, con creer que lo que hace Jesús es obra de Dios. Lo que ya nada importa es el dónde, el cómo o el cuándo, sino el amor y la fidelidad a pesar de la segura persecución.

18 de mayo de 2025 |
Un ideal nuevo
para un cielo y una tierra nuevos
Todo. El cielo y la tierra nuevos, desde sus cimientos. Una nueva creación que se caracteriza porque Dios se viene a vivir con los hombres. Un mundo en el que ya no habrá más muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor... Pero esto sólo es posible cuando todo sea verdaderamente nuevo: cuando el odio y la esclavitud, la injusticia y la violencia propios del mundo presente sean sustituidos por comportamientos alternativos que tengan su origen en el corazón de Dios. ¿Llegará a realizarse alguna vez? Para que siga creciendo, para que se vaya consolidando... «Os doy un mandamiento nuevo...»

25 de mayo de 2025 |
La Tierra empezará a ser el Cielo
Tampoco esto se lo habría podido imaginar el ser humano y, más de dos mil años después de que se completara el Nuevo Testamento, aún nos cuesta trabajo entenderlo y aceptarlo: una religión sin necesidad de templos, una relación con Dios sin necesidad de intermediarios, o quizá sí, con un único intermediario: el prójimo. Y el amor.