11 de enero de 2025 |
Por un orden justo
El pueblo se había dejado contaminar por la injusticia, aunque, en verdad, era más víctima que culpable de ella. Por eso la gente, que necesita romper con el orden injusto que, al mismo tiempo la oprimía y la corrompía, se acerca a Juan para escenificar esa ruptura y confirmarla mediante el bautismo. Jesús, que no tiene responsabilidad alguna en la injusticia se acerca al bautismo para mostrar su solidaridad con el pueblo. Jesús siempre estará con el pueblo; y, además, hombro con hombro con quienes tomen conciencia de su situación y decidan cambiar, enmendarse, comprometerse y empezar a construir una vida, un mundo sin pecado, es decir, un mundo sin injusticia, un orden justo.
19 de enero de 2025 |
Vino nuevo, renovado amor
Dios no quiere alejarse de nuestro mundo; si a veces su presencia se echa de menos no es porque Él se aleje, sino porque hay quienes han olvidado que Él no puede estar allí donde no hay amor. El evangelio de hoy nos lo vuelve a decir: Dios sigue preocupado por nuestro mundo y nos da lo necesario para que la vida sea una fiesta en la que, si nosotros aceptamos su propuesta y colaboramos, Él hará que el vino -el amor- no falte, que nunca se acabe.
26 de enero de 2025 |
Libres para ser hermanos
Jesús, al aplicarse a sí mismo la profecía en la que Isaías anuncia la intervención de Dios por medio de un enviado suyo para establecer la justicia, está describiendo cuáles son los cimientos de su proyecto: derrotar al pecado, es decir, a la injusticia establecida que niega a los hombres su dignidad y la posibilidad de una felicidad plena. La Carta de Pablo a los Corintios nos señala el techo que hay que alcanzar en esta dirección: la igualdad -privilegiando a los más débiles- de los que viven de la misma vida y aman con el mismo amor y así logran, con la fuerza del mismo Espíritu, vivir como hermanos, mostrando así que ese modo de convivencia es posible.