Domingo de la Santísima Trinidad - Ciclo A - Primera lectura
Éxodo 34,4b-6.8-9
4b Moisés madrugó y subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. |
Renovación de la alianza, que se hace necesaria después de la idolatría del pueblo, que fabricó y adoró el becerro de oro (Ex 32,1-29). Moisés vuelve a subir al monte Sinaí, con dos nuevas tablas (las primera las rompió Moisés, tirándolas contra el suelo, enfurecido al ver el becerro y a los israelitas danzando en su honor: 32,19) en las que escribió de nuevo la Ley de la Alianza.
En el Sinaí, Dios vuelve a manifestarse a Moisés, y ante la invocación de éste, pasa ante él definiéndose a sí mismo: él es un Dios de amor y misericordia. Y, si bien no es indiferente ante la injusticia y el pecado, su ira queda superada por su misericordia en una proporción de cuatro a mil.
Moisés responde aceptando anticipadamente la alianza en nombre del pueblo, al pedir a Dios que vuelva a tomar al pueblo como heredad suya.