Domingo 12º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Evangelio: Marcos 4, 35-41
35Aquel día, caída ya la tarde, les dijo: |
El episodio sigue a la enseñanza en parábolas en la que se ha anunciado la radical novedad del proyecto de Jesús, el Reino de Dios, y su carácter universalista, acogedor y no excluyente.
Jesús propone cruzar el lago y dirigirse a una región pagana. Un grupo, los seguidores que representan la ortodoxia y la fidelidad religiosa judías, intentan acaparar a Jesús y se lo llevan ellos solos, a pesar de la presencia de otros seguidores de Jesús. El secuestro revela el deseo de controlar la misión en territorio pagano, para que esta se desarrolle dentro de la ortodoxia judía, que afirma la superioridad de Israel frente a resto de las naciones.
Este intento provoca, por un lado, el que Jesús se desentienda del asunto (se duerme) y, por otro lado, un viento fuerte que es causa de una tempestad que amenaza con hundir la barca: la misión no puede desarrollarse en esas circunstancias, el fracaso se vislumbra en el horizonte,
Sólo cuando se lo piden, Jesús interviene para calmar la tempestad, dirigiéndose al viento y al mar bravío en los mismos términos que lo había hecho con los espíritus inmundos (Mc 1,25).
La cobardía y la falta de fe que echa en cara de sus discípulos se refiere precisamente al miedo de soltar amarras con su mundo anterior y de asumir sin recelo la novedad del mensaje de Jesús.