Domingo 15º del Tiempo Ordinario - Ciclo A - Salmo responsorial

Salmo 64,10-14

10 Tú cuidas de la tierra, la riegas
            y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
            preparas los trigales:
11 riegas los surcos,
            igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
            bendices sus brotes;
12 coronas el año con tus bienes,
            tus carriles rezuman abundancia;
13 rezuman los pastos del páramo,
            y las colinas se orlan de alegría;
14 las praderas se cubren de rebaños,
            y los valles se visten de mieses que aclaman y cantan.

 

            Salmo de acción de gracias con ocasión, muy probablemente, del cese de una pertinaz sequía.
            El salmista aprovecha la oportunidad para poner de manifiesto la fidelidad del Señor para los que son objeto de su elección y corresponden a ella (vv.2-3).
            El autor descubre en los signos de la naturaleza la manifestación, patente para todos los habitantes de la tierra, de la grandeza y la justicia de Dios (vv.6-9); entre esos signos destaca la lluvia, que garantiza la fertilidad de la tierra y que produce abundancia de pastos y cosechas; de este modo se convierte en causa de alegría y provoca un canto de agradecimiento y alabanza que resuena en la propia naturaleza.

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