Domingo 4º de Adviento - Ciclo A

Evangelio: Mateo 1,18-24

 

Texto

     18Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. 19Su esposo, José, que era hombre justo y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto. 20Pero, apenas tomó esta resolución, se le apareció en sueños el ángel del Señor, que le dijo:
     - José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo. 21Dará a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
     22Esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta:
     23Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán de nombre Emanuel (Is 7,14).
     (que significa «Dios con nosotros»).
     24Cuando se despertó José, hizo lo que le había dicho el ángel del Señor y se llevó a su mujer a su casa.

Notas

     Nacimiento de Jesús.
     Jesús es, al mismo tiempo, una nueva creación y la culminación de la Historia de la Salvación, de la Historia de la Promesa. Su nacimiento, nos dice el evangelio, se debe a una intervención directa de Dios: esto significa que él no es heredero de la historia de injusticia y de traiciones de la humanidad respecto a Dios y que, por tanto, no está contaminado por ella. Pero un hombre, José, de la estirpe de David, a quien Mateo presenta como el resto fiel de Israel, lo integrará oficialmente en el pueblo y en la historia de la promesa.
     Las dudas de San José no se refieren a la fidelidad de María, sino a su propio papel en la historia de la salvación: si piensa que debe retirarse de la escena no es porque desconfíe de María, sino para dejarle el campo libre puesto que «la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo». José no quiere ser un estorbo; pero Dios le tiene reservado un papel: él realizará con el Hijo de Dios la función de padre. Eso es lo que significa la tarea que se le encarga: «le pondrás de nombre Jesús».
     El nombre que le deberá imponer- Jesús (Dios salva)- revela la misión que deberá realizar: «salvará a su pueblo de los pecados», lo separará de la cadena de injusticias que ha configurado la historia como una historia de traiciones respecto a Dios y a su Alianza.
     Frente a esa historia, el que va a nacer será expresión de la fidelidad solidaria de Dios, Dios con nosotros, ahora ya definitivamente.
     José acepta y realiza fielmente la tarea que Dios le encomienda.

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