Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

Segunda lectura: 2ª Corintios 12,7-10

 

 

    Y por lo extraordinario de las revelaciones, para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne, un emisario de Satanás, para que me abofetee y no tenga soberbia. Tres veces le he pedido al Señor verme libre de el, pero me contestó: «Te basta con mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad». Por consiguiente, con muchísimo gusto presumiré, si acaso, de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza del Mesías. 10 Por eso estoy contento en las debilidades, ultrajes e infortunios, persecuciones y angustias por Cristo; pues cuando soy débil, entonces soy fuerte.


 

   Pablo polemiza con sus adversarios que presumen de extraordinarias experiencias místicas. Ante la actitud de estos, y a pesar de que él podría con razón presumir también (12,1-6) se refiere de nuevo (ver 11,30) a sus debilidades.
    Pablo alude a algún problema de salud (ver también Gal 4,13), quizá de carácter crónico, con expresiones inspiradas en los primeros capítulos del libro de Job (1,6-2,10).
    Para realizar la tarea que Dios encomienda al apóstol, la debilidad física no es un obstáculo; al contrario, en ella se revela con más fuerza la fuerza del Mesías.

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