³¹ - De todas formas, hagáis lo que hagáis, comer, beber o lo que sea, hacedlo todo para honra de Dios; ³² no seáis un impedimento para judíos ni griegos ni para la comunidad, ³³ como yo a mi vez procuro en todo dar satisfacción a todos, no buscando mi provecho, sitio el de la gente, para que se salven.
     11 ¹ Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

     El fragmento que constituye la segunda lectura de hoy es el final de una fingida discusión entre Pablo y un interlocutor que pone objeciones a sus afirmaciones sobre la práctica de la libertad cristiana. Según Pablo, el cristiano es plenamente libre; pero en el ejercicio de su libertad debe respetar la posible debilidad de otros miembros de la comunidad y actuar de tal modo que su comportamiento no los mueva a alejarse de la fe.
     En esta última exhortación Pablo indica que la actuación del cristiano debe procurar que ésta revele el amor de Dios (y así los que la ven den gloria, honren a Dios, al reconocer su amor en la vida de sus hijos) y no sea impedimento para la fe de nadie.
     Él, Pablo, actúa siempre buscando el bien de los demás, y les propone a los corintios que sigan su ejemplo.