11 En la visión oí la voz de multitud de ángeles que rodeaban el trono, a los vivientes y a los ancianos; eran miles de miles, millares de millares, 12 y aclamaban: - ¡El Cordero que fue degollado merece todo poderío y riqueza, saber y fuerza, honor, gloria y alabanza! 13 Oí entonces que todas las criaturas del cielo, de la tierra, de bajo la tierra y del mar, todo lo que hay en ellos, respondían: - ¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos! 14 Los cuatro vivientes decían: «Amén», y los ancianos se postraron rindiendo homenaje. |
Fragmento que pertenece al comienzo de la segunda parte del libro del Apocalipsis, en la que se explica lo que va a suceder después (Ap 1,19). Se relata, en este párrafo, el momento en el que el Cordero (Jesús resucitado) se presenta delante del trono de Dios, de quien recibe un rollo, un libro, un documento que contiene el plan salvador de Dios, es decir, se hace depositario al Cordero de este designio salvífico; a este hecho responde un coro que pondera los méritos que avalan al Cordero para esta misión (5,1-10). Un segundo coro constituido por una multitud de ángeles, los encargados de ejecutar las órdenes de Dios, aclama al Cordero reconociendo que posee los mismos títulos de grandeza que corresponden a Dios. Un tercer coro, formado ahora por la humanidad y la creación enteras se une a este canto de alabanza que aclama al mismo tiempo y de la misma manera a Dios, al que está sentado en el trono y a Jesús al Cordero. La razón por la que se alaba al Cordero está explicada anteriormente en Ap 5,9-10: «Tú mereces recibir el rollo y soltar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre adquiriste para Dios hombres de toda raza y lengua, pueblo y nación; hiciste de ellos linaje real y sacerdotes para nuestro Dios, y serán reyes de la tierra.» Esto significa que el plan de salvación de Dios ya ha comenzado a realizarse gracias a la entrega del Jesús, el Cordero, mediante la cual éste ha otorgado a los seres humanos la máxima dignidad: linaje real, sacerdotes para nuestro Dios, reyes de la tierra. |