¹⁷ Por tanto, en nombre del Señor os digo y os recomiendo que no viváis más como los paganos, con la cabeza vacía, con el pensamiento a oscuras y ajenos a la vida de Dios.
     ²⁰ Lo que es a vosotros, no fue ésa la instrucción que os dieron sobre el Mesías;  ²¹ supongo que os hablaron de él y que, a propósito de él, os enseñaron lo que responde a la realidad de Jesús; ²² es decir, a despojaros, respecto a la vida anterior, del hombre que erais antes, ²³ que se iba desintegrando seducido por sus deseos, a cambiar vuestra actitud mental ²⁴ y a revestiros de ese hombre nuevo creado a imagen de Dios, con la rectitud y santidad propias de la verdad.

     La fe consiste en la adhesión al plan de Dios, que supone la ruptura con un modo de vida incompatible con el proyecto que dicho plan contiene. El modo de vida de los paganos está descrito de acuerdo con la mentalidad judía (vv. 17-19).
     En un lenguaje que evoca la catequesis bautismal, Pablo insiste en que el compromiso cristiano supone abandonar un modo de vida centrada exclusivamente en la satisfacción individualista y egoísta de los propios deseos, para acoger un nuevo modo de vivir en el que se revele la nueva humanidad y quede plenamente reflejado y realizado el deseo de Dios de que el hombre sea su propia imagen (rectitud, santidad y verdad) en el mundo.