Domingo 24º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Salmo responsorial: 50,3-4.12-13.17.19
Texto |
3 Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa. 4 Lava del todo mi delito, limpia mi pecado, 12 Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; 13 no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu; 17 Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. 19 Sacrificio para Dios es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios, no lo desprecias. |
Notas |
El salmo 50[51], uno de los más conocidos del salterio, es la continuación o la respuesta al salmo anterior (49[50]) que contiene una dura requisitoria o acusación de Dios contra el hombre que recita constantemente los mandamientos pero no los cumple. Al final (v. 23) el salmo abre la puerta a la esperanza: al que sigue el buen camino le haré ver la salvación de Dios. |