Domingo 32º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Salmo responsorial: Sal 62[63],2-8
2 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, 5 Toda mi vida te bendeciré |
Este salmo es una petición de ayuda a Dios en una situación de dificultad, de persecución (vv.10-12). La confianza de que su petición será escuchada se fundamenta en la experiencia que el salmista tiene de la cercanía de Dios (2-8).
Comienza el salmista expresando su necesidad de sentir cerca al Señor, cercanía que ya ha experimentado en las celebraciones litúrgicas; es la suya una experiencia de gracia/amor que considera preferible a la vida misma y que lo lleva a confirmar su compromiso de convertir toda su vida en un himno de alabanza y de seguir participando en los sacrificios de acción de gracias que se celebran en el templo.
La experiencia primera -de liberación y de salvación- da paso y funda la actual experiencia de presencia y unión con Dios; el recuerdo agradecido por la ayuda recibida engendra seguridad para el futuro.