¹⁰ Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
    Vale mucho más que las perlas.
¹¹ Su marido se fía de ella,
    y no le faltan riquezas.
¹² Le trae ganancias y no pérdidas
    todos los días de su vida.
¹³ Adquiere lana y lino,
    los trabaja con la destreza de sus manos.
¹⁹ Extiende la mano hacia el huso
    y sostiene con la palma la rueca.
²⁰Abre sus manos al necesitado
    y extiende el brazo al pobre.
³⁰Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura,
    la que respeta al Señor merece alabanza.
³¹ Cántenle por el éxito de su trabajo,
    que sus obras la alaben en la plaza.

    Fragmento de un poema que cierra el libro de los Proverbios, elogio a la perfecta ama de casa. Se destacan las cualidades de tipo económico, su espíritu de trabajo, su habilidad en la administración y su destreza en la gestión de los negocios.
    También se valora su sensibilidad y su solidaridad con los necesitados y su espíritu religioso, mientras que la belleza se considera una cuestión secundaria y banal.
    Es evidente la mentalidad machista que se refleja en el texto. Hoy, ya en la Nueva Alianza, conocido el mensaje de Jesús de Nazaret y en un contexto cultural que ha descubierto el valor irrenunciable de la igualdad podemos extraer de este texto una enseñanza muy valiosa: en la persona, sea varón o mujer, lo que realmente cuenta no es su apariencia física sino sus valores; valores que, para nosotros los cristianos, son, sobre todo, los de las bienaventuranzas.