⁴ Se agita la criba y queda el desecho,
    así el desperdicio del hombre cuando discute;
⁵ el horno prueba la vasija del alfarero,
    el hombre se prueba en su razonar,
⁶ el fruto muestra el cultivo de un árbol,
    la palabra, la mentalidad de un hombre;
⁷ no alabes a nadie antes de que razone,
    porque ésa es la prueba del hombre.

    En esta parte del libro, el autor del Eclesiástico va desgranando una serie de sentencias que revelan su pensamiento acerca del hombre, de la sociedad, de las relaciones interpersonales. Los cuatro versos que se han seleccionado como primera lectura de hoy explican cual es o cómo se puede descubrir el valor de la persona humana.
    Primero señala la necesidad de no quedarse en la apariencia exterior: su valor del hombre se descubre cuando se elimina lo que en ella carece de importancia. Y será su palabra lo que revelará ese valor al poner de manifiesto su mentalidad y su capacidad de razonar.
    Es posible que no se descubra en esta frase ningún elemento estrictamente religioso, pero ¿no es la inteligencia uno de los elementos que asemejan el hombre a Dios?