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Domingo 3º de Cuaresma
Ciclo C

20 de marzo de 2022
 

¿Cuáles son nuestros frutos...?

    La institución religiosa judía es comparada en el evangelio con una higuera, que no da fruto. El fruto que el Señor espera recoger no es otro que su justicia implantada en la Tierra. Pero, ¡atención! Lo que dice el evangelio sobre las instituciones judías no tiene como objetivo el hacer una simple crítica del pasado, sino ofrecer también una enseñanza para el futuro. Por eso nosotros, miembros de la comunidad cristiana debemos hacernos hoy esta pregunta: y nuestros frutos, ¿...cuáles son, dónde están?

Domingo 4º de Adviento
Ciclo A

22 de diciembre de 2019
 

Dios entre nosotros

     Resulta sorprendente y al mismo tiempo revelador que la mayoría de los profesionales de lo religioso hayan dicho siempre que la mayor aspiración del hombre debe ser subir al Cielo. Porque Dios, en dirección contraria, ha estado bajando permanentemente a la Tierra. Desde que escuchó los lamentos de los esclavos israelitas y decidió bajar a liberarlos de la opresión (Ex 3,7-8) el Señor se caracterizó, hasta por su nombre, como un Dios que no se queda en el cielo, sino que baja y se hace presente preocupándose y ocupándose de los problemas de la humanidad. Esta presencia, esta identificación llegaron a su extremo, al colmo, con la encarnación: Dios no sólo ha querido compartir nuestros problemas desde el cielo, sino en nuestra propia carne.
     Pero..., a pesar de que celebremos cada año el nacimiento de Enmanuel, Dios-con/entre-nosotros, cada vez resulta más difícil descubrir que Dios habita en este mundo.

Domingo 18º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

5 de agosto 2018
 

Sólo con pan no se sacia el hombre

    
    
     Por supuesto que hay que acabar con la miseria. Pero no basta con saciar el hambre; no basta con alcanzar un mínimo de justicia. Aunque en las circunstancias actuales acabar con el hambre y la injusticia más cruel sería un logro importantísimo, el proyecto de Jesús es mucho más ambicioso: pretende que las personas  consigan llenar no sólo el estómago, sino también el corazón: plenitud de justicia, de libertad y de amor y, por tanto, de vida.

Domingo 17º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

29 de julio 2018
 

La propuesta más revolucionaria

     El hambre es la la la enfermedad que causa más muertes: decenas de millares de niños cada día, decenas de millones de seres humanos cada año. Pero el hambre no es una enfermedad: para el que todavía no ha muerto, es la primera esclavitud. Y es la demostración de la irracionalidad de este injusto sistema que condena a millones de personas a muerte por carencia de lo que sobra en el Mundo. No, no es una enfermedad sino explotación, esclavitud, injusticia, homicidio...  Jesús nos indica el camino para salir de ella. No es su propuesta una revolución más: su proyecto es más ambicioso, va más allá,  que cualquier revolución.

Domingo 16º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

22 de julio 2018
 

Sin pastor

     Desamparados, perdidos, desesperados. Millones de seres humanos malviven en el mundo sin una tierra en la que quedarse o en una tierra de la que -por el hambre, la pobreza, la guerra o por todo eso a la vez- quieren salir a toda costa. Son ovejas sin pastor o, más bien, ovejas maltratadas por los malos pastores que, en lugar de cumplir con su tarea -garantizar el bienestar de las ovejas- sólo buscan sus propios intereses.
      Los cristianos debemos tener claras dos cosas: primera, que es misión nuestra denunciar la corrupción de esos pastores, y en segundo lugar, que los principales destinatarios del mensaje de Jesús son, también hoy, todas esas ovejas desperdigadas que los pastores de este mundo han dejado abandonadas y dispersas, «como ovejas sin pastor».

Domingo 15º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

15 de julio 2018
 

¿Cómo reconocer a los mensajeros?

 

     Son muchos los que hablan en nombre de Jesús de Nazaret, y, a veces, lo que dicen unos y otros resulta incompatible; ¿como podemos saber quién anuncia el verdadero evangelio? ¿Cómo distinguir el mensajero de la Buena Noticia de Jesús ante tantos que, de modos tan diversos, dicen anunciarla?

Domingo 14º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

8 de julio 2018
 

Carpintero del pueblo


     Creer en Dios resulta relativamente fácil. Sobre todo si nos hacemos un Dios -un «algo»- a nuestra medida y lo enviamos a un cielo lejano, muy lejano. Pero, en Jesús, Dios quiso venirse a nuestro lado, ser uno más, uno del pueblo. Desde entonces, para creer en ese Dios, en el Dios de Jesús, hay que aceptar que a él sólo se puede llegar por el Hombre. Y quizá por eso resulta un poco más difícil -para algunos prácticamente imposible-  creer en el Dios de Jesús.

 

Domingo 13º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

1 de julio 2018
 

¿Funcionario o persona?

     Jesús había roto con la institución judía. La sinagoga lo había declarado aliado del diablo, poseído por Belcebú e investido con el poder de Satanás.
     Pero todos los que sentían la amenaza de la muerte por culpa de aquella institución, incluido un jefe de sinagoga, tuvieron que ir en busca de Jesús.
     Él les devolvió la vida.
     Y salió de aquel lugar.

 

Domingo 12º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

24 de junio 2018
 

Se lo llevaron


     El relato de la tempestad calmada significa la superación de una grave tentación: la de secuestrar a Jesús. Es el intento de monopolizar su persona para hacer compatible su proyecto con el fanatismo religioso, con el nacionalismo excluyente, o con los privilegios de una raza, de una cultura, de una tradición religiosa... Es la pretensión de aprovechar lo nuevo conservando lo viejo... Es cambiar algo con la intención de que no cambie nada. ¿Cuántas veces se habrá repetido ese intento de secuestrar a Jesús? ¿Habrá hoy quien todavía pretenda secuestrarlo?

Domingo 11º del Tiempo Ordinario
Ciclo B

17 de junio 2018
 

Nueva y acogedora humanidad

     ¿Cambiar la personas o cambiar el mundo? Las dos cosas. No es posible un mundo nuevo si las personas siguen apegadas a la vieja mentalidad. Leamos la historia y veamos cómo esa fue una de las principales causas del fracaso de muchas revoluciones. Pero, por otro lado, ¿de qué valdría un hombre nuevo que no fuera capaz de crear un nuevo orden social? De ese nuevo orden, la comunidad cristiana será la primicia y la levadura; pequeña en sus comienzos, crecería y se haría grande -anunció Jesús-, aunque su grandeza no sería la que sus paisanos esperaban.

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