Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo A - Evangelio
Mateo 13,44-52
44Se parece el reino de Dios a un tesoro escondido en el campo; si un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y de la alegría va a vender todo lo que tiene y compra el campo aquél. |
Las dos primeras parábolas contienen el mismo mensaje: optar por el reino de Dios supone y exige abandonar otros caminos que tienen un indudable atractivo. La renuncia, que debe ser radical -«va a vender todo lo que tiene»-, no puede ser consecuencia de la represión irracional de nuestras impulsos ni de un esfuerzo que violente las inclinaciones naturales que nos mueven a buscar lo que creemos bueno para nosotros. La renuncia debe ser efecto de la alegría que nos produce el haber encontrado un valor superior a cualquier otro. A qué hay que renunciar nos lo ha explicado ya el evangelista (5,3; 6,19-34) y volverá a quedar patente en el episodio del joven rico (19,16-29) en donde Mateo usa una expresión similar a las de la parábola («vete a vender lo que tienes...»). La perla o el tesoro que da al Reino un valor superior a cualquier otro también ha sido anticipado ya por el evangelio (6,33): la justicia de Dios.
La tercera parábola contiene una enseñanza similar a la de la cizaña.
La conclusión pone de manifiesto la superioridad del mensaje de Jesús (cosas nuevas) frente al Antiguo Testamento (cosas antiguas): éste debe ser interpretado a la luz de la novedad de la Buena Noticia.