Vigilia Pascual - Ciclo B
Evangelio: Marcos 16,1-8
16 1 Transcurrido el día de precepto, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarlo. 2 El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro ya salido el sol. 3 Se decían unas a otras: |
Es el primer día de la semana, el primer día de la nueva creación. Comienza un mundo nuevo, nace una nueva humanidad.
Las mujeres que habían visto cómo colocaban a Jesús en el sepulcro, después de observar el descanso del sábado -no habían roto todavía con el mundo viejo- y seguras de que la muerte había vencido definitivamente a Jesús, van al sepulcro en donde esperan encontrar el cadáver de Jesús para embalsamarlo con los aromas y ungüentos que había preparado.
Encuentran el sepulcro abierto y, dentro de él, un joven que representa a Jesús mismo, pero al que ellas no reconocen, que se ha incorporado ya a la esfera de la divinidad («sentado a la derecha»), vencedor de la muerte.
Ante el desconcierto de las mujeres, el joven, trata de calmarlas y les da la noticia de la resurrección de Jesús: lo que parecía un fracaso ha terminado en triunfo; el sepulcro vacío así lo demuestra. Y les da un encargo para sus discípulos -y en especial para Pedro, a quien el miedo lo llevó a renegar de Jesús: volverán a encontrarse, como les había anunciado en Getsemaní (14,28), para que ellos empiecen a anunciar a toda la humanidad el mensaje de Jesús, la cercanía del Reinado de Dios y las condiciones necesarias para incorporarse al ese proyecto, tal y como hizo Jesús en sus comienzos, allí en donde ahora los cita, ya resucitado: en Galilea.