Domingo 2º de Adviento - Ciclo B
Evangelio: Marcos 1,1-8
1 Orígenes de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. 3 «una voz grita desde el desierto: 4 se presentó Juan Bautista en el desierto proclamando un bautismo en señal de enmienda, para el perdón de los pecados. |
El primer versículo es el título que Marcos da a su evangelio: lo que va a contar son los orígenes de la comunidad a la que él se dirige y en la que se ha hecho realidad la Buena Noticia.
Marcos presenta a Juan Bautista como precursor del Mesías, y lo hace citando dos profecías; una, la de Malaquías, se refiere al Mesías; la segunda a Dios. Por un lado, presenta a Juan como la síntesis de toda la Historia de la Salvación; por otro identifica el camino -la actividad- de Jesús con el camino -la acción liberadora- de Dios; y, consecuentemente, presenta la misión de Jesús como un nuevo éxodo, un nuevo, y ya definitivo, proceso de liberación.
Juan propone un cambio de vida y administra un bautismo que lo simboliza; este cambio de vida consiste en reconocer y romper con una vida anterior de pecado, esto es, de injusticia. La gente sale (éxodo significa “salida”) hacia él de Jerusalén: el sistema religioso de Israel se presentará en el evangelio de Marcos como la tierra de esclavitud de la que es necesario salir.
La nueva tierra será un nuevo modelo de relación con Dios, una nueva alianza que Juan anuncia mediante la imagen del matrimonio (alusión a la ley del levirato, ver Dt 25,5-10; Rut 3,5-11), relación que se deberá iniciar con un bautismo, también nuevo, distinto al que Juan administra, en el que el agua será sustituida por el Espíritu de Dios.