18     ¹ Para explicarles que tenían que orar siempre y no desanimarse, les propuso esta parábola:
     ² - En una ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre. ³ En la misma ciudad había una viuda que iba a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario". ⁴ Por bastante tiempo no quiso, pero después pensó: "Yo no temo a Dios ni respeto a hombre, ⁵ pero esa viuda me está amargando la vida; le voy a hacer justicia, para que no venga continuamente a darme esta paliza".
     ⁶ Y el Señor añadió:
     - Fijaos en lo que dice el juez injusto; ⁷ pues Dios ¿no reivindicará a sus elegidos, si ellos le gritan día y noche, o les dará largas? ⁸ Os digo que los reivindicará sin tardar. Pero cuando llegue el Hombre, ¿qué?, ¿va a encontrar esa fe en la tierra?

     La enseñanza fundamental de este pasaje es la necesidad de mantener la constancia en la oración, como indica expresamente el versículo primero de este capítulo. Pero la parábola con la que se ejemplifica esta enseñanza profundiza más en el tema, entrando también en la cuestión del contenido de la oración.
     La primera enseñanza de la parábola es sin duda, la necesaria confianza en que Dios escuchará las oraciones que se le presenten: ¿no va a ser Dios más receptivo con los suyos que un juez corrupto? La segunda se refiere a la constancia, actitud que deben tener los que oran, representada en la insistencia de la viuda ante el juez.
     Pero la figura de la viuda representa igualmente a los más débiles, a los pobres y oprimidos que piden justicia frente a los opresores y explotadores. Ese debe ser el contenido de la oración de los seguidores de Jesús: que se realice su justicia, que los pobres y oprimidos vean el triunfo de la justicia, justicia que consiste, en proteger al desvalido y al huérfano, hacer justicia al humilde y al necesitado, defender al pobre y al indigente sacándolos de las manos del culpable (Sal 82[81],3-5).
     La pregunta con la que termina el relato podríamos traducirla así: En la comunidad cristiana, cuando se reza, ¿pedimos que reine en nuestro mundo la justicia de Dios, convencidos de que esa oración será eficazmente escuchada?