Domingo 23º del Tiempo Ordinario - Ciclo A -
Evangelio: Mateo 18,15-20
15Si tu hermano te ofende, ve y házselo ver, a solas entre los dos. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. 16Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que toda la cuestión quede zanjada apoyándose en dos o tres testigos (Dt 19-15). |
Norma para la vida de la comunidad. La fraternidad, la armonía en el grupo cristiano es un bien tan valioso que aquel que es víctima de una injusticia, debe tomar la iniciativa para restablecer la fraternidad rota. En el caso de que tal objetivo resulte difícil, debe buscar el apoyo de la comunidad.
No obstante, y precisamente por el valor que tiene el amor entre los hermanos, el que se niegue a restablecer la fraternidad rota será declarado fuera del grupo. Esta decisión, como todas las que se tomen en comunión entre los hermanos y en relación con el Padre común, están garantizadas por la presencia del mismo Jesús y respaldadas por su Padre del cielo. Es importante resaltar que la competencia de atar y desatar la confiere Jesús a toda la comunidad.
La comunión entre los miembros de la comunidad garantiza la eficacia de la oración, pues asegura la presencia de Jesús en el grupo.