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Cuarta estación: opción por un mundo sin pobres.
S. Te alabamos, Jesús, y te bendecimos
R. Porque con tu amor, que te llevó hasta la cruz, liberaste al mundo.
Lucas 6,20-26
20Jesús, dirigiendo la mirada a sus discípulos, dijo:
-Dichosos vosotros los pobres,
porque tenéis a Dios por rey.
Dichosos los que ahora lloráis, porque vais a reír.
22Dichosos vosotros cuando os odien los hombres y os excluyan y os insulten y proscriban vuestro nombre como malo por causa del Hombre. 23Alegraos ese día y saltad de gozo, que grande es la recompensa que Dios os da; pues lo mismo hacían sus padres con los profetas.
24Pero, ¡ay de vosotros, los ricos,
porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25¡Ay de vosotros, los que ahora estáis repletos, porque vais a pasar hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque vais a lamentaros y a llorar!
26¡Ay si los hombres hablan bien de vosotros, pues lo mismo hacían sus padres con los falsos profetas!
Reflexión
Jesús viene a proponer a la humanidad un modo de vida, el reinado de Dios, que tiene como uno de sus objetivos superar las causas del sufrimiento humano que se origina en un orden social injusto.
La opción por la pobreza y la riqueza equivalen a elegir la justicia o la injusticia pues, de acuerdo con la tradición profética, la pobreza es efecto de la injusticia y ésta nace de la ambición, del deseo de riqueza.
Las bienaventuranzas son una propuesta para que la humanidad acepte vivir de acuerdo con la justicia de un Dios que, porque ama a los pobres, quiere que acabemos con la pobreza y con el hambre. La invitación a construir un mundo en el que los que ahora son víctimas de la injusticia de este orden puedan cambia su llanto por risas, su dolor por bienestar y alegría.
Bienestar y alegría del que se excluirán a sí mismos los que decidan seguir buscando la riqueza, los que traten de seguir hartándose a costa del hambre de los demás, los que ríen insensibles a la injusticia y el dolor que ellos mismos provocan.
Al realizar la propuesta, Jesús advierte también del riesgo: en cuanto que este proyecto se empiece a poner en práctica aparecerá el conflicto. Los responsables de la injusticia establecida no entenderán o no querrán aceptar un mundo que también será mejor para ellos. Y no se dejarán arrebatar su privilegios y, para conservarlos, perseguirán a quienes se atrevan a ponerlos en peligro.
Y al primero que persiguieron fue al mismo Jesús. Hasta la muerte en la cruz.
Oración
Señor, pusiste el mundo en nuestras manos para que diera satisfacción a nuestras necesidades. Pero hay cientos de millones de seres humanos que no participan de los recursos necesarios para una vida digna, recursos que de sobra produce este mundo. Y eso duele - permítenos este antropomorfismo- a tu corazón de Padre. Danos fuerza, Señor para luchar contra la pobreza y contra su causa, la injusticia, aunque eso suponga que los hombres responsables de este mal llamado orden nos excluyan y nos insulten y proscriban nuestro nombre como consecuencia de nuestro compromiso con la propuesta de tu Hijo, que vive y reina contigo por los sigilos de los siglos.