Alianza nueva; nueva humanidad
La presencia de Jesús entre los hombres representó el comienzo de una nueva alianza, un nuevo modelo de relación hombre-Dios basado no en leyes o en preceptos religiosos sino en el amor leal. Esa relación es incompatible con la injusticia y ha de ser, si se logra, fuente de alegría inagotable. Cada vez que recordamos su venida debemos ser capaces de clarificar nuestra relación con la injusticia establecida en nuestro mundo y, además, aprovechar la oportunidad que una vez más se nos ofrece para, por un lado, profundizar en esa novedad radical que supone la presencia de Dios en el Hombre y, por otro, reafirmar nuestro compromiso con el mundo nuevo y con la nueva humanidad que brota de esa presencia.
Anticipar el Cielo en una Tierra nueva
Dios está viniendo continuamente a dar vida y libertad a la humanidad; sabemos que vino en el pasado; esperamos su venida para el futuro. Él no ha cesado, ni cesa, ni cesará de ocuparse de la humanidad para favorecer la vida y la libertad. Pero hay que estar preparados para encontrarse con Él. Para nosotros ese encuentro debe haberse producido ya. Y ahora nos toca, al tiempo que renovamos nuestro compromiso, invitar a otros para que se incorporen a un nuevo éxodo -camino de libertad- y se unan a la tarea de apresurar su venida y anticipar la esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva en los que habite la justicia.
Inmaculada Concepción |
8 de diciembre de 2017 |
Jesús es el primero de los hijos de Dios; el primero porque nadie lo fue antes que él; el primero porque nadie lo fue como él; el primero porque después de él muchos hemos sido invitados a serlo y a incorporarnos a la humanidad nueva que comienza con él. Por eso al recordar su nacimiento, celebramos el nuestro. En realidad no es Jesús, somos nosotros, son otros hombres -mujeres o varones- nuevos quienes están o estamos a punto de nacer. Y en cada uno de esos nacimientos se irá consolidando la victoria del linaje de la mujer sobre el linaje de la serpiente.
Compromiso presente, horizonte de esperanza
Adviento es una palabra que significa venida; nos preparamos para la venida de Jesús. Pero ¿de qué venida se trata? ¿Su nacimiento, un acontecimiento del pasado? ¿Su segunda venida, en el futuro? La palabra de Dios de este domingo nos dice que entre un pasado -la múltiple experiencia del amor de Dios- y un futuro -la esperanza de que ese amor sea definitivo y se manifieste plenamente su eficacia- queda para el presente un compromiso que nace de aquella experiencia renovada día a día y que trata de anticipar la esperanza.
Domingo 34º del Tiempo Ordinario Cristo Rey |
26 de noviembre de 2017 |
En favor del hombre
Dios no es imparcial. Y Jesús, el Hombre que en nombre de Dios juzgará a todos los pueblos tampoco. Entre los que sufren y los que hacen sufrir, los que pasan hambre y los que causan hambre, los perseguidos por causa de la justicia y los injustos perseguidores, Dios -el Padre- ya ha tomado partido... en favor del hombre.
Domingo 33º del Tiempo Ordinario |
19 de noviembre de 2017 |
Fe, confianza y riesgo
Si los que adoran al dinero están dispuestos a darlo todo por conseguir para sí mismos riquezas mayores, nosotros que tenemos en nuestras manos la mayor riqueza que un hombre pueda poseer -el evangelio de Jesús, el amor del Padre, la fraternidad que crea el Espíritu- no podemos dejarla improductiva. Arriesguemos lo que haga falta y hagamos que esa riqueza sea rentable, es decir, que sea compartida por muchos más.