15 de abril de 2018 |
Si se trata de un proceso judicial, se presentan siempre dos tipos de testigos: unos los presenta la defensa y tratan de exculpar al acusado; otros son llamados por la acusación y su objetivo es probar su culpabilidad. Por un lado el cristiano, el seguidor de Jesús debe ser testigo de cargo, debe denunciar el pecado y la muerte; pero la denuncia no se agota en sí misma sino que su objetivo consiste en abrir el camino para un testimonio favorable a la vida y al amor.
8 de abril de 2018 |
1 de abril de 2018 |
Testigos de la resurrección
La resurrección de Jesús no es sólo un dogma, no es una verdad teórica que basta con aceptar intelectualmente. Fue - y tiene que seguir siendo- una experiencia tan profunda que cambió la historia y debe seguir cambiándola día a día. Aquel día empezó un mundo nuevo y una nueva humanidad, completándose la acción creadora del Padre y abriéndose la posibilidad de que todos vivamos como hermanos. Desde el momento en que asumimos como adultos nuestro bautismo nos convertimos en testigos de la resurrección de Jesús. Pero, cómo llevamos nuestro testimonio?
31 de marzo de 2018 |
Más fuerte que la muerte
En un mundo con tanta capacidad de muerte como el nuestro -¿A cuántas personas mata diariamente el hambre? ¿Cuántos planetas como la Tierra podrían destruirse con las armas atómicas almacenadas en las grandes potencias y en otros países del Mundo?-, anunciar la resurrección de Jesús significa proclamar que Dios no está con los que fabrican o bendicen la muerte, sino con los que dan por amor la vida para que sean posibles la felicidad y la vida en plenitud.
30 de marzo de 2018 |
Por la señal de la Santa Cruz
En el catecismo que algunos aprendimos de pequeños se nos decía que la señal del cristiano es la santa cruz y se nos pedía el máximo respeto para ese signo de fe. Pero ¿porqué es así? La cruz, en realidad, es un patíbulo, un instrumento cruel de tortura. Entonces, ¿qué es lo que le da valor a la cruz? Y, ¿de qué modo se expresa el debido respeto a este signo?
29 de marzo de 2018 |
Por el amor que recibimos
Nadie quiere ser siervo; todos, en cambio, queremos ser señores. Al fin y al cabo, desde el primer libro de la Biblia, el Génesis, se nos dice que Dios nos hizo para ser señores; y, según la tradición bíblica, la primera intervención de Dios en la historia humana se realizó para sacar de la servidumbre a un puñado de esclavos. Pero la experiencia nos dice que, en nuestro mundo, ser señor equivale a ser opresor. ¿Hay alguna otra alternativa?
El gesto de Jesús que nos refiere el evangelio de Juan nos descubre un camino nuevo para acceder al señorío: podemos ser señores, no por el poder que poseamos, sino por el amor que, de los demás, libre y gratuitamente recibamos.