Corpus Chisti - Ciclo B
Segunda lectura: Hebreos 9,11-15
11 El Mesías, en cambio, presentándose como sumo sacerdote de los bienes que habían de venir, mediante el tabernáculo mayor y más perfecto, no hecho por hombres, es decir, no de este mundo creado, 12y mediante sangre no de cabras y becerros, sino suya propia, entró de una vez para siempre en el santuario, consiguiendo una liberación definitiva. |
El autor de la carta a los Hebreos, con su peculiar estilo y su lenguaje cultual, explica a sus lectores cómo la antigua alianza y sus instituciones han sido superadas por las instituidas por Jesús.
La sangre que sirvió para ratificar la antigua alianza y toda la sangre de los sacrificios que se celebraban en el antiguo Templo ha sido sustituida por la del Mesías derramada de una vez para siempre, constituyéndose así en causa exclusiva de la definitiva liberación.
Si la sangre de los antiguos animales conseguía una purificación ritual, externa, para quienes participaban de aquellas ceremonias, la sangre del Mesías consagra y libera por dentro.
Finalmente la entrega de Jesús se presenta como un sacrificio en el que el sacerdote es, al mismo tiempo, la víctima y el mediador de una nueva alianza que sustituye a la antigua y da cumplimiento a las promesas contenidas en ella.