Presentación del Señor - Ciclo C

Segunda Lectura: Hebreos 2,14-18

 

Texto

    14 Por eso, como los suyos tienen todos la misma carne y sangre, también él asumió una como la de ellos, para con su muerte reducir a la impotencia al que tenía dominio sobre la muerte, es decir, al diablo, 15 y liberar a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. 16  Porque no es a los ángeles, está claro, a los que él tiende la mano, sino a los hijos de Abrahán. 17 Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fidedigno en lo que toca a Dios y expiar así los pecados del pueblo. 18 Pues, por haber pasado él la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora la están pasando.

Notas

    Por primera vez se llama a Jesús en la carta a los Hebreos sumo sacerdote, lo que se desarrollará a lo largo de la misma.
    La entrega de Jesús es la de un ser humano, de la misma carne y sangre de todos los humanos a los que él tiende la mano, que se podrán beneficiar de su entrega que supone la superación del miedo a la muerte.
    Por eso, porque es semejante en todo a sus hermanos y solidario -compasivo- con ellos, capaz de comprender y asumir su sufrimientos puesto que él mismo los ha experimentado y, al mismo tiempo, es digno de fe en relación con Dios, por todo eso, podrá realizar plenamente su sacerdocio.

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