4 Estad siempre alegres con el Señor; os lo repito, estad alegres. 5 Que todo el mundo note lo comprensivos que sois. El Señor está cerca, 6 no os agobiéis por nada; en lo que sea, presentad ante Dios vuestras peticiones con esa oración y esa súplica que incluyen acción de gracias; 7 así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiará vuestra mente y vuestros pensamientos mediante el Mesías Jesús. |
Últimas exhortaciones de Pablo a los cristianos de Filipos. En primer lugar Pablo anima a los filipenses a estar alegres con el Señor. Esta expresión puede tener un significado doble: por un lado, la alegría será consecuencia de la experiencia de la presencia del Señor, que acompaña a la comunidad, que está presente en medio de ella; por otro lado, la alegría será el efecto esperado del modo de vida de los filipenses, fieles al evangelio en su fe (1,27;4,1) y en la práctica del amor fraterno (1,9; 2,1-3.15-16; 2,29-3,1). En realidad, este doble significado no es sino la doble cara de una misma realidad: Jesús está presente en la comunidad porque ésta ha acogido y pone en práctica su mensaje, lo que es causa de un nuevo modo de vida que llena de alegría a todos los que lo comparten. La exhortación a la alegría es, por tanto, una invitación a la fidelidad a Jesús y a su proyecto. Al mismo tiempo, ese modo de vida y la alegría que comporta, debe servir de testimonio ante los que no forman parte de la comunidad. Respecto al momento del encuentro definitivo con el Señor, deben mantenerse tranquilos -el asunto está en buenas manos- serenidad que han de expresar en una oración confiada y que dará, como fruto, la paz. |