Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Salmo responsorial 122, 1-4
1 A ti levanto mis ojos, |
Súplica vehemente de quien está oprimido y despreciado por los fuertes y los poderosos (puede tratarse del pueblo de Israel, acosado por enemigos más fuertes que él, o por un israelita fiel, perteneciente a las clases oprimidas, en nombre de las que habla).
El salmista se dirige a Dios en quien pone toda su confianza y de quien espera la misericordia, que lo liberará del sarcasmo y el desprecio de los que viven satisfechos y se sienten por encima de los demás, a los que humillan y desprecian.
Contrasta la mirada confiada que espera la misericordia de Dios de la primera parte del salmo, con la que se adivina, humillada, dolida y atemorizada que sufre el sarcasmo de los satisfechos y el desprecio de los orgullosos.