Domingo segundo de Navidad - Ciclo B
Salmo responsorial: 147(147B),12-15.19-20
12 Glorifica al Señor, Jerusalén; |
La seguridad y la prosperidad y, especialmente, la paz son también dones del Señor. Ese es el motivo por el que el salmista invita y anima a los habitantes de Jerusalén para que alaben al Señor.
Pero hay un don que especialmente han de agradecer: la palabra que Dios dirige a la tierra y que gobierna el orden de la naturaleza (vv. 16-18) y debe gobernar el orden social y la convivencia de los miembros del pueblo elegido, que deben sentirse privilegiados por ser los depositarios de los mandatos y decretos del Señor.