¹ El Señor  es mi luz y mi salvación,
    a quién temeré?
 El Señor es la defensa de mi vida,
    ¿quién me hará temblar?
⁷ Escúchame, Señor, que te llamo,
    ten piedad, respóndeme.
⁸ Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
    - Tu rostro buscaré, Señor,
    ⁹ no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
    que tú eres mi auxilio;
¹³ Espero gozar de la dicha del Señor
    en el país de la vida.
¹⁴ - Espera en el Señor, sé valiente,
    ten ánimo, espera en el Señor.

    Oración de confianza y expresión del deseo de estar cerca de Dios. Seguro por esa confianza y cercanía el salmista vence cualquier temor frente al peligro que representan los malvados. Alusión al templo, lugar en el que, de manera especial, se puede experimentar la presencia de Dios. Nueva expresión de confianza en la felicidad que, gracias a la presencia del Señor, abundará en la tierra prometida, el país de la vida. Declaración de una plena confianza y seguridad en gozar de la realización de la promesa del Señor y exhortación -casi exigencia- a la esperanza en el cumplimiento de su palabra, confianza que debe traducirse en un ánimo valiente y firme.