¹⁵ El Señor le dijo [a Elías]:
     ¹⁶ Unge ... profeta sucesor tuyo a Eliseo hijo de Safat, de Prado Bailen.
      ¹⁹ Elías marchó de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó junto a él y le echó encima el manto.
     ²⁰ Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:
     - Déjame decir adiós a mis padres, luego vuelvo y te sigo.
     Elías le dijo:
     - Vete, pero vuelve; ¿quién te lo impide?
     ²¹ Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; aprovechó los aperos para cocer la carne y convidó a su gente. Luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

     Elección de Eliseo.
     La vocación le llega a través del profeta Elías, cuya misión deberá continuar.
     El gesto mediante el cual Elías comunica la llamada a Eliseo consiste en echarle encima su manto, símbolo del traspaso de la misión y del espíritu proféticos; esa misma prenda quedará como herencia para Eliseo cuando Elías sea arrebatado al cielo (2 Reyes 2,1-15).
     Mientras tanto, después de despedirse de los suyos y de romper con su antiguo modo de vida (la ruptura queda expresada mediante el sacrificio de los bueyes y la destrucción de los aperos de labranza, con los que hace fuego para cocinar la carne de los animales sacrificados), se pone al servicio, es decir, se hace discípulo de Elías.