Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Evangelio: Marcos 1,21-28
21 Fueron a Cafarnaún. |
La religión de Israel se había pervertido. En lugar de ser un cauce de vida y liberación, se había convertido en causa de esclavitud y muerte. La presencia de un espíritu inmundo en la sinagoga, sin que esa presencia suponga ningún problema ni para la sinagoga ni para el mal espíritu, así lo prueba.
El espíritu inmundo (fuerza o ideología contraria al plan de Dios que se adueña de la persona), presente en la sinagoga desde el principio, sólo se descubre y se muestra cuando la reacción de los presentes ante la intervención autorizada de Jesús pone en peligro el prestigio y la autoridad de los letrados; en su intervención es precisamente a estos a quienes defiende.
Al mismo tiempo, intenta de desviar la atención de los que allí estaban, presentando a Jesús como Mesías, Consagrado por Dios, pero tratando de que su mesianismo aparezca cargado de fanatismo nacionalista (Nazareno).
La negativa de Jesús a aceptar el mesianismo que éste propone provoca el desconcierto en los oyentes; la expulsión del espíritu inmundo, que se resiste a abandonar a su víctima, pone en evidencia a la sinagoga, al tiempo que manifiesta la autoridad de la enseñanza de Jesús, que los oyentes reconocen y que es causa de que su fama se extienda por toda Galilea.