Bautismo del Señor
Evangelio: Marcos 1,7-11
7 Y proclamaba: |
Juan, mediante la imagen del matrimonio (alusión a la ley del levirato, ver Rut 3,5-11), anuncia una nueva alianza, un nuevo modelo de relación con Dios, que se deberá iniciar con un bautismo, también nuevo, distinto al que Juan administra, en el que el agua será sustituida por el Espíritu de Dios.
Durante su ministerio, Jesús se acerca y Juan le administra su bautismo. Jesús no confiesa sus pecados al ser bautizado, como el resto de los que se acercaron a Juan (Mc 1,5); su bautismo es expresión de solidaridad con la misión de Juan y compromiso de realizar su propia tarea hasta el fin, hasta el don de la propia vida (ver Mc 10,38).
Al asumir Jesús este compromiso de servicio a la humanidad, se restablece la comunicación del cielo y la tierra, de Dios con la humanidad, en la que puede ahora posarse el Espíritu, llevando a su término la acción creadora de Dios. La voz del cielo identifica a Jesús con el Mesías esperado, con el Siervo de Yavhé (Is 42,1; 49,1-13; 50,4-9), del que se afirma que goza del amor y de la predilección de Dios.