Domingo 29º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Evangelio: Mateo 22,15-21
15 Se retiraron entonces los fariseos a elaborar un plan para cazar a Jesús con una pregunta. 16 Le enviaron a sus discípulos con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: |
Jesús sorprende a los fariseos y a los partidarios de Herodes que tratan de ponerle una trampa. Contestar a la pregunta que le plantean encierra un doble riesgo; si Jesús respondiera negativamente, supondría una invitación a rebelarse contra el poder romano y atraería sobre él todo su rigor; si, en cambio, su respuesta fuera que sí se debían pagar los impuestos, se granjearía la antipatía del pueblo, más que exprimido por la insaciable codicia del imperio invasor.
Jesús primero los pone en evidencia: odian a los romanos, pero tienen su dinero en el bolso; es decir: se han dejado comprar por los que ellos mismos consideran enemigos del pueblo de Dios y han entrado voluntariamente en su juego.
Después los insta a romper del todo (nótese que dice «devolvédselo al César», no «dadlo», como se ha traducido incorrectamente durante mucho tiempo) y no sólo de palabra, con el César.
Y, finalmente, les lanza una dura acusación: hay algo de lo que se han apoderado y que pertenece a Dios, el pueblo. También eso deben devolverlo a su legítimo Dueño.