Corpus Christi - Ciclo C
Evangelio: Lucas 9,11-17
Texto |
11Las multitudes lo siguieron. El las acogió, estuvo hablándoles del reinado de Dios y fue curando a los que lo necesitaban. 12Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle: -Despide a la multitud, que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque esto es un descampado. 13Él les contestó: -Dadles vosotros de comer. Replicaron ellos: -¡Si no tenemos más que cinco panes y dos peces! A menos que vayamos nosotros a comprar de comer para todo este pueblo. 14Eran unos cinco mil hombres adultos. Jesús dijo a sus discípulos: -Decidles que se echen en grupos de cincuenta. 15Así lo hicieron, diciendo a todos que se echaran. 16Y tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, los bendijo, los partió y se los dio a sus discípulos para que los sirvieran a la multitud. 17Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras de los trozos: doce cestos. |
Notas |
Los discípulos acaban de volver de la misión (9,1-6). Jesús quiere retirarse con ellos, quizá para revisar lo que han hecho y evaluar el resultado de su actividad. Pero el mensaje de liberación de Jesús ya ha comenzado a prender en muchos que, al ver que se marchaba con sus discípulos, se van tras él. Jesús los acoge e insiste en su mensaje acerca del Reino de Dios. Los discípulos se dan cuenta de que hay una situación apurada: falta alimento para todos los allí presentes. Y piden a Jesús que despida a la muchedumbre para que vayan a buscar comida: son sensibles al problema, pero no hacen nada para resolverlo. Por eso Jesús los pone ante su responsabilidad: ese también es el problema de ellos: «Dadles vosotros de comer.» Lo que sigue no es un milagro, sino una lección en la que se nos enseña a hacer un milagro: si compartimos lo que hay, hay para todos y sobra. Dios se compromete para que así sea. Pero para que el compromiso de Dios sea eficaz, hay que poner a disposición de los hambrientos todo el pan y los peces que tenemos. Los gestos que hace Jesús, -«tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, los bendijo, los partió y se los dio a sus discípulos para que los sirvieran a la multitud»- anticipan los que realizará en la institución de la eucaristía -«y cogiendo un pan, pronunció una acción de gracias, lo partió y se lo dio a ellos diciendo...» (Lc 22,19), estableciendo una estrecha unión entre ambos relatos: compartir el pan eucarístico supone compartir el pan de cada día. |