Domingo 3º de Cuaresma - Ciclo A

Segunda Lectura: Romanos 5,1-2.5-8

 

Texto

    5 1 Según lo dicho, rehabilitados ahora por la fe, estamos en paz con Dios por obra de nuestro Señor Jesús Mesías, pues 2 por él tuvimos entrada a esta situación de gracia en que nos encontramos y estamos orgullosos con la esperanza de alcanzar el esplendor de Dios.
    5 Y esa esperanza no defrauda, porque el amor que Dios nos tiene inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado.
    6 Es que cuando aún nosotros estábamos sin fuerzas, entonces, en su momento, Jesús el Mesías murió por los culpables. 7 Cierto, con dificultad se dejaría uno matar por una causa justa; con todo, por una buena persona quizá afrontaría uno la muerte. 8 Pero el Mesías murió por nosotros cuando éramos aún pecadores: así demuestra Dios el amor que nos tiene.

Notas

    La fe, la adhesión al mensaje de Jesús, sitúa al hombre en una nueva situación que se caracteriza por estar en paz con Dios, gozar de su favor y vivir sabiendo que se dirige a Él, como su meta gloriosa. Esa esperanza es firme pues la presencia del Espíritu, fruto del amor de Dios, garantiza que esa meta, por muy lejana que parezca, se logrará un día. La calidad y la magnitud de ese amor se manifestó en la entrega del Mesías, que dio su vida por los que en ese momento vivían -vivíamos, dice Pablo, «cuando éramos aún pecadores»- a espaldas del Dios y Padre que lo envió.

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