Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo B


Segunda lectura: Efesios 2,4-10

 

            4 Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo, 5 cuando estábamos muertos por las culpas nos dio vida con el Mesías -estáis salvados por pura generosidad-, 6 con él nos resucitó y con él nos hizo sentar en el cielo, en la persona del Mesías Jesús. Con esa bondad suya para con nosotros, por medio del Mesías Jesús, 7 quería mostrar a las edades futuras su espléndida e incomparable generosidad.
             8 De hecho, gracias a esa generosidad estáis ya salvados por la fe; es decir, no viene de vosotros, es don de Dios; 9 no es por lo  que hayáis hecho, para que nadie se enorgullezca. 10 Somos realmente hechura suya, creados, mediante el Mesías Jesús, para hacer el bien que Dios nos asignó de antemano como línea de conducta.

 

            Continúa en esta segunda lectura el tema del amor de Dios que salva a los pecadores. La situación de pecado de la humanidad (2,1-3) no representa un obstáculo para que el amor de Dios llegue, por medio de Jesús Mesías, tanto a los judíos como a los paganos. La diferencia con la primera lectura es que ahora no se habla de castigo: la salvación es efecto de la pura generosidad, del gran amor de Dios a la humanidad.
             Gracias a ese amor, los cristianos disfrutan ya de esa salvación, cosa que no debe ser motivo de orgullo, sino de gratitud y de coherencia en el comportamiento.

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