Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

Segunda lectura: 1ª Corintios 7,32-35

 

 

         32 Querría además que os ahorraseis preocupaciones. El soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando complacer al Señor. 33 El casado, en cambio, se preocupa de los asuntos del mundo, buscando complacer a su mujer,  34 y tiene dos cosas en qué pensar. La mujer sin marido y la joven soltera se preocupan de los asuntos del Señor, para dedicarse a él en cuerpo y alma. La casada, en cambio, se preocupa de los asuntos del mundo, buscando complacer al marido. 35 Os digo estas cosas para vuestro bien personal, no para echaros el lazo. Miro al decoro y a una adhesión al Señor ininterrumpida.

 

            Continúa el tema de la relatividad de los valores de este mundo ante la inminencia de la segunda venida del Señor. En estas circunstancias, dice Pablo, es más conveniente el estado de célibe, para que todos puedan centrarse en los asuntos del Señor. No obstante esto no se puede considerar una exigencia con carácter de obligatoriedad; en cualquier caso, la afirmación que prevalece en este texto es la que se refiere a la necesidad de una adhesión al Señor ininterrumpida.