Bautismo del Señor


Segunda lectura: Hechos 10,34-38

 

 

 

         34 Pedro tomó la palabra y dijo:
      - Realmente, voy comprendiendo que Dios no discrimina a nadie, 35 sino que acepta al que lo respeta y obra rectamente, sea de la nación que sea. 36 Él envió su mensaje a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesús el Mesías, que es Señor de todos. 37 Vosotros conocéis muy bien el hecho acaecido en todo el país judío, empezando por Galilea después de que Juan predicó el bautismo, 38 el hecho de Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los sojuzgados por el diablo, porque Dios estaba con él.

 

 

             Pedro, en su discurso ante Cornelio y toda su familia, comparte con sus oyentes un descubrimiento importante: Jesús,  aunque se dirigiera primero a Israel, trae, de parte de Dios, la paz para todos los pueblos. A continuación resume en unos cuantos rasgos la predicación sobre Jesús: pasó haciendo el bien y ofreciendo la libertad a los sometidos a toda clase de opresión. Su compromiso fue causa de conflicto con los poderosos que acabaron con su vida; pero Dios no permitió que el odio y la muerte vencieran a la entrega de quien ama a los demás luchando en favor de todos.
             Pedro y otros seguidores de Jesús fueron testigos de la victoria de la vida; misión suya, a partir de ese momento, es compartir, dar publicidad a esta buena noticia, abriendo así la puerta de la salvación a la humanidad toda.

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