Domingo 22º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

Segunda Lectura: Santiago 1,16b-18.21b-22.27

 

Texto

    16No os equivoquéis, queridos hermanos; todo buen regalo, todo don acabado viene de arriba, 17del padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. 18Por propia iniciativa nos engendró con el mensaje de la verdad, para que fuéramos en cierto modo primicias de sus criaturas.
    Aceptad dócilmente el mensaje plantado en vosotros, que es capaz de salvaros.
    22Llevad a la práctica el mensaje y no os inventéis razones para escuchar y nada más.
    27 Religión pura y sin tacha a los ojos de Dios Padre, es esta: mirar por los huérfanos y las viudas en sus apuros y no dejarse contaminar por el mundo.

Notas

    Después de afirmar que ninguna inclinación al mal, ninguna tentación, se puede atribuir a Dios, el autor de la carta afirma que, al contrario, todo lo que es plenamente bueno procede de Dios. Esto es especialmente verificable en la comunidad cristiana, pues ésta se constituye en primicia de una humanidad nueva gracias al mensaje evangélico, resultado de la iniciativa divina.
    Los cristianos deben, en consecuencia, remover los obstáculos que les puedan impedir la realización plena de ese mensaje liberador (el mandamiento del amor, “la ley perfecta, la de los hombres libres” (v.25), llevándolo a la vida y no quedándose en la mera teoría.
    La religiosidad que se deriva de este mensaje queda sintetizada en el versículo final: la «religión pura y sin tacha a los ojos de Dios Padre» consiste en un comportamiento práctico caracterizado por la solidaridad  con los más débiles de la sociedad que supone la ruptura -no dejarse contaminar- con la injusticia que rige el mundo en el que vivimos.