Domingo 34º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 121,1-5

 

Texto

1 ¡Qué alegría cuando me dijeron:
    «Vamos a la casa del Señor»!
2 Ya están pisando nuestros pies
    tus umbrales, Jerusalén:
3 Jerusalén está construida
    como ciudad bien trazada.
4 Allá suben las tribus,
    las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
    a celebrar el nombre del Señor.
5 En ella están los tribunales de justicia,
    en el palacio de David.

Notas

    Salmo o canto de peregrinación.
    Los dos primeros versos sintetizan la experiencia de la peregrinación al templo de Jerusalén: alegría que abarca desde la preparación misma del viaje y su inicio, hasta que el cansancio del camino desaparece, sustituido por la emoción de sentir que los pies pisan ya la ciudad santa.
    A continuación, el salmista celebra la grandeza de Jerusalén, cuyos cimientos están firmes, por el papel que la ciudad juega en el designio divino. La ciudad es lugar privilegiado de la presencia del Señor en medio de su pueblo por dos razones: allí está el templo, a donde van los israelitas a dar culto a Dios; y allí está el rey que imparte justicia en nombre del mismo Dios.