Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 112,1-2.4-8

 

Texto

1 ¡Aleluya!
Alabad siervos del Señor
    alabad el nombre del Señor.
2 Bendito sea el nombre del Señor
    ahora y por siempre.
4 El Señor se eleva sobre todos los pueblos
    y su gloria por encima del cielo.
5 ¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
    en el cielo o en la tierra,
6 el que encumbra su trono
    y se abaja para mirar?
7 Levanta del polvo al desvalido
    alza de la basura al pobre,
8 para sentarlo con los nobles,
    los príncipes de su pueblo.

Notas

    Himno que ensalza la grandeza el amor de Dios por los pobres y los humildes.
    Comienza invitando a alabar a Dios, no sólo con ocasión de la celebración litúrgica, sino en todo momento, presente y futuro.
    La segunda estrofa proclama la grandeza de un Dios que, elevado sobre toda realidad, se preocupa por los asuntos humanos de una manera muy concreta: la prueba de su grandeza -¿Quién como el Señor, Dios nuestro, ...?- es precisamente que se abaja para mirar, para ocuparse precisamente de los que están más abajo, del desvalido y del pobre, de los más débiles, a los que encumbra dándoles dignidad de reyes.