Domingo de Pentecostés - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 103(104),1ab.24ac.29bc-31.34

 

Texto

1 Bendice, alma mía, al Señor,
    ¡Dios mío, qué grande eres!
24 Cuántas son tus obras, Señor,
    y todas las hiciste con maestría,
    la tierra está llena de tus criaturas.
29 Les retiras el aliento, y expiran,
    y vuelven a ser polvo;
30 envías tu aliento, y los creas,
    y repueblas la faz de la tierra.

31 Gloria a Dios para siempre,
    goce el Señor con sus obras.
34 Que le sea agradable mi poema,
    y yo me alegraré con el Señor.

Notas

    Himno de alabanza a Dios por sus obras. La grandeza de Dios se revela en la grandiosidad y la belleza del cosmos y la naturaleza. Entre tanta magnificencia ocupa el lugar principal la vida en la que el autor del poema descubre la presencia del espíritu de Dios: si él está cerca, la vida sobreabunda, si se aleja, desaparece.
    La gloria de Dios, reconocida por el orante, es causa del goce del Señor; la acogida por parte de Dios de la oración del salmista, anda igualmente pareja con la alegría de sus fieles.