Bautismo de Jesús - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

 

Texto

1 Hijos de Dios, aclamad al Señor,
    aclamad la gloria y el poder del Señor,
2 aclamad la gloria del nombre del Señor,
    postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

3 La voz del Señor sobre las aguas,
    el Dios de la gloria ha tronado,
    el Señor sobre las aguas torrenciales.
4 La voz del Señor es potente,
    la voz del Señor es magnífica,

9 La voz del Señor retuerce los robles,
    el Señor descorteza las selvas.
    En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
10 El Señor se sienta por encima del aguacero,
    el Señor se sienta como rey eterno.

Notas

    Himno a la grandeza y al poder de Dios.
    Después de invitar a los que llama “hijos de Dios”  para que alaben al Señor (1-2), el salmista se refiere al poder y a la grandeza de Dios, que se manifiestan o se simbolizan en la tormenta, en el trueno, el relámpago y el rayo y su enorme capacidad de destrucción.
    La respuesta del pueblo ante tal muestra de grandeza es un grito, -«¡Gloria!»- y el reconocimiento de la grandeza y la realeza de Dios. Pero en esa aclamación se expresa, además, la confianza de que toda esa grandeza se manifestará en el don de la paz para el pueblo: «el Señor bendice a su pueblo con la paz» (v.11 que no se sabe bien por qué, se ha suprimido en el leccionario). El salmo, que casi en su totalidad podría sintetizarse como un «gloria a Dios en las alturas», se cierra con la afirmación de que de ese Dios llegará «a la tierra paz».