Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Salmo responsorial: Salmo 39,2.4.7-10

 

Texto

2 Yo esperaba con ansia al Señor.
    él se inclinó y escuchó mi grito;
4  me puso en la boca un cántico nuevo,
    un himno a nuestro Dios.

7 Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
    y en cambio me abriste el oído;
    no pides sacrificio expiatorio,
8 entonces yo digo: «Aquí estoy»
    -como está escrito en mi libro-
    9 «para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero,
    y llevo tu ley en las entrañas.

10 He proclamado tu salvación
    ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
    Señor, tú lo sabes.

Notas

    Acción de gracias por la liberación obtenida de Dios como respuesta a la oración del salmista.
    La verdadera acción de gracias, sin embargo, no es la celebración de un sacrificio, no consiste en celebrar una ceremonia religiosa, sino el poner por obra la voluntad del Señor. La oración, la práctica religiosa, la liturgia está vacía -Dios no la quiere: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas»-, si no resulta respaldada por la vida, por el compromiso del que reza al tiempo que asume la responsabilidad de trabajar en la construcción de un mundo nuevo que responda a la voluntad de Dios: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad».
    Además, el salmista afirma que ha hecho pública ante toda la asamblea la salvación obtenida: quien ha sido objeto de la acción salvadora de Dios, se hace testigo de la misma.

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