Domingo 2º de Navidad - Ciclo A

Salmo responsorial: Salmo 147 (147B) 12-15.19-20

 

Texto

12 Glorifica al Señor, Jerusalén;
     alaba a tu Dios, Sión:
13 que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
     y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
14 ha puesto paz en tus fronteras,
     te sacia con flor de harina;
15 él envía su mensaje a la tierra,
     y su palabra corre veloz.

19 Anuncia su palabra a Jacob,
     sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así
     ni les dio a conocer sus mandatos.
¡Aleluya!

Notas

      La seguridad y la prosperidad y, especialmente, la paz son también dones del Señor. Ese es el motivo por el que el salmista invita y anima a los habitantes de Jerusalén para que alaben al Señor.
      Pero hay un don que especialmente han de agradecer: la palabra que Dios dirige a la tierra y que gobierna el orden de la naturaleza (vv. 16-18) y debe gobernar el orden social y la convivencia de los miembros del pueblo elegido, que deben sentirse privilegiados por ser los depositarios y los encargados de poner en práctica el proyecto de sociedad que configuran los mandatos y decretos del Señor.