Domingo 34º del Tiempo Ordinario - Cristo rey - Ciclo A

Salmo responsorial: Sal 22[23],1-2.5-6

 

 1 El Señor es mi pastor,
            nada me falta:
2 en verdes praderas me hace recostar;
            me conduce hacia fuentes tranquilas.

5 Preparas una mesa ante mí
            enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
            y mi copa rebosa

6 Tu bondad y tu misericordia me acompañan
            todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
            por años sin término.

 

           

            Dos cuadros (el pastor y la mesa) conforman este sencillo y bello poema/oración en el que el salmista expresa su plena confianza en Dios.
             En el primer cuadro Dios se ve a través de la figura del pastor (ya hemos visto que en Israel la imagen del pastor sirve frecuentemente para referirse a los dirigentes, cuya misión es asegurar el bienestar del pueblo) que proporciona los medios de subsistencia a su rebaño y que garantiza su seguridad en medio de una naturaleza acogedora, a veces, pero que puede llegar a ser hostil.
             El segundo cuadro Dios se presenta como un anfitrión espléndido que ofrece al salmista, con su hospitalidad, su propia amistad, comida y bebida abundantes, el reconocimiento de la dignidad del huésped (perfume)  y seguridad frente a sus enemigos.

We use cookies

Usamos cookies en nuestro sitio web. Algunas de ellas son esenciales para el funcionamiento del sitio, mientras que otras nos ayudan a mejorar el sitio web y también la experiencia del usuario (cookies de rastreo). Puedes decidir por ti mismo si quieres permitir el uso de las cookies. Ten en cuenta que si las rechazas, puede que no puedas usar todas las funcionalidades del sitio web.