Domingo 20º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 39[40],2-4.18

 

Texto

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
     Se inclinó y oyó mi grito de auxilio;
3 me levantó de la fosa fatal,
     de la charca fangosa;
afianzó mis pies sobre roca
     y aseguró mis pasos;
4 me puso en la boca un cántico nuevo
     un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
     y confiaron en el Señor
18 Yo soy pobre y desgraciado,
     pero el Señor cuida de mí;
tú eres mi auxilio y mi liberación:
     Dios mío, no tardes.

Notas

     Acción de gracias por la liberación obtenida de Dios como respuesta a la oración del salmista.
     La liberación se describe mediante dos tipos de imágenes: negativas, que se refieren al peligro del que se ha librado el salmista -fosa fatal, charca fangosa- y positivas que revelan la seguridad alcanzada después de la liberación.
     La respuesta del salmista consiste en un canto de alabanza que agradece y publica ante toda la asamblea la salvación obtenida: quien ha sido objeto de la acción salvadora de Dios, se hace testigo de la misma. Y el testimonio lleva a muchos a la admiración y a la confianza en Dios.
     Termina el salmo con el reconocimiento de la limitación y pequeñez del hombre que, sin embargo, se siente fuerte y seguro porque sabe que Dios cuida de él.