4º Domingo del Tiempo Ordinario< - Ciclo C
Salmo responsorial: Salmo 70, 1-4a.5-6ab.15.17
Texto |
1 A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; 2 tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. 3 Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, 5 porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 6 En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías15 mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. 17 Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. |
Notas |
Salmo que combina los géneros literarios de lamentación, súplica, confianza y alabanza. El salmista, que se siente injustamente perseguido, comienza apelando a la justicia de Dios, siempre fiel a sus promesas; en esa fidelidad se funda con firmeza su confianza en obtener la salvación, en escapar a la amenaza de la mano perversa. Esta confianza, que hunde sus raíces en la juventud del salmista -llega a decir que es anterior a su propio nacimiento- le lleva a adelantar la acción de gracias por la liberación que ya se experimenta como realizada y que abarca toda su vida, desde la juventud hasta la presente ancianidad. |