Epifanía del Señor - Ciclo C

Salmo responsorial: Salmo 71,1-2.7-8.10-13

 

Texto

1 Dios mío, confía tu juicio al rey,
    tu justicia al hijo de reyes:
2 para que rija a tu pueblo con justicia,
    a tus humildes con rectitud.
7 Que en sus días florezca la justicia
    y la paz hasta que falte la luna;
8 que domine de mar a mar,
    del Gran Río al confín de la tierra.
10 Que los reyes de Tarsis y de las islas
    le paguen tributos
que los reyes de Saba y de Arabia
    le ofrezcan sus dones,
11 que se postren ante él todos los reyes,
    y que todos los pueblos le sirvan:
12 porque él librará al pobre que clamaba,
    al afligido que no tenía protector;
13 él se apiadará del pobre y del indigente,
    y salvará la vida de los pobres.

Notas

    Salmo real. El salmista se dirige a Dios para suplicarle que asista al rey para que en su gobierno reproduzca los valores que caracteriza, según el salmista, el gobierno divino.
    El primero de esos valores es la justicia que se caracteriza por un comportamiento recto respecto a los humildes y por un compromiso activo en favor de los que, en cualquier otro orden social, se encuentran marginados y excluidos en el reparto de los beneficios sociales, hasta el punto de no tener segura ni siquiera la supervivencia (vv. 1-2.12-13).
    Esta justicia dará, como fruto, la paz (v. 7) y será el fundamento de un gobierno universal hacia el que serán atraídos «todos los reyes» y al que se someterán «todos los pueblos de la tierra». Aunque se mantiene el papel central y privilegiado de Israel, también este salmo revela el significado de la elección de Israel: realizar el plan de Dios para servir de guía y de modelo al resto de las naciones.
    Como se puede apreciar, no se leerá el salmo completo. De los versículos que no se recitarán en la liturgia hay dos que merece la pena resaltar: el v. 4 que pide el castigo para los explotadores, es decir, para los causantes de la miseria de los pobres: «Que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y quebrante al explotador.» Y el v. 17cd en el que destaca el carácter universalista de ese rey que imparte justicia en nombre del Señor: «...que él sea la bendición de todos los pueblos y lo proclamen dichoso todas las razas.» Este último versículo resulta del todo coherente con la festividad de la Manifestación (Epifanía) del Señor a todos los pueblos.

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