Domingo 11º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

Salmo responsorial: Salmo 91(92),1-2;13-16

 

Texto
Es bueno dar gracias al Señor
     y tañer para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
     y de noche tu fidelidad.

13 El justo crecerá como palmera,
     se alzará como cedro del Líbano:
14 plantado en la casa del Señor,
     crecerá en los atrios de nuestro Dios;
15 en la vejez seguirá dando fruto
     y estará lozano y frondoso;
16 para proclamar que el Señor es justo,
     que en mi roca no existe la maldad.
Notas

     El salmista comienza, en un tono de alegría y entusiasmo, ponderando la bondad de la acción de gracias y la alabanza a Dios. Las causas  que motivan esa acción del orante son, en primer lugar, el rasgo más característico del Señor, su misericordia y su fidelidad o, traduciéndolo a nuestro lenguaje más cercano, el amor leal.
     Los últimos versículos constituyen una reflexión acerca del “justo”: mediante la imagen de un árbol -palmera, cedro del Líbano- plantado en el templo se destaca la cercanía con Dios y la fuente de la que brota su vida: el suelo sagrado en el que hunde sus raíces.
     Esa vitalidad le deberá servir sobre todo para una cosa: proclamar la justicia y la absoluta bondad de Dios.