Corpus Christi - Ciclo A
Primera Lectura: Deuteronomio 8,2-3.14b,16a
Texto |
2 Recuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer estos cuarenta años para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos, o no. 3 El te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te aumentó con el maná - que tú no conocías ni conocieron tus padres -para enseñarte que no sólo se vive de pan, sino que se vive de cuanto sale de la boca de Dios. 14 No sea que te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, 15 que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que te sacó agua de una roca de pedernal; 16 que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres. |
Notas |
La exhortación del deuteronomista tiene como objetivo evitar la tentación del olvido cuando Israel se encuentre en una época de paz, prosperidad y bonanza económica. Durante el éxodo, durante el camino hacia la tierra prometida, cuando los medios necesarios para sobrevivir no estaban al alcance de la mano y eran grandes las dificultades para seguir avanzando, resultó fácil sentir la presencia de Dios, especialmente cuando estos recursos -el maná, el agua- se encontraban y, gracias a ellos, se conseguían las fuerzas necesarias para avanzar en el camino superando las dificultades -el sol del desierto, las alimañas y los animales salvajes. Pero cuando, ya en la tierra prometida, se alcance un alto nivel de bienestar -es decir, en el tiempo presente para el autor del Deuteronomio- (vv.7-10), tendrán que evitar el peligro de olvidarse del Señor y de la liberación que gracias a Él obtuvieron sus antepasados. Dos ideas se podrían destacar en esta lectura: el objetivo del éxodo, de la liberación de la esclavitud, es alcanzar el máximo bienestar posible; pero este bienestar no puede lograrse a costa de renunciar al ideal de libertad y justicia contenidos en el proyecto liberador de Dios. |